El barco que nos llevó a la guerra de Angola

Una entrevista a Carmen Duarte

Siempre es una alegría saber que una escritora amiga ha publicado un nuevo libro. Más cuando se trata de una novela que una ha tenido el placer de leer en sus comienzos. Es el caso de El barco que nos llevó a la guerra de Angola, de Carmen Duarte, que acaba de salir a la luz con la editorial Aduana Vieja. ¡Me encanta leer libros así, recién salidos del horno! La acción sucede en un crucero (o supuesto crucero), pues este barco no es exactamente lo que parece. Hay mucho mar de fondo, de manera que hay que leer con cuidado.

Aquí entrevisto a Carmen sobre la obra, sus motivos para escribirla y otras cositas más.

Dovalpage: En el prólogo explicas que tú tuviste tu propia experiencia en Angola como parte de un grupo de artistas cuya misión fue ofrecer espectáculos a las tropas cubanas. Háblame un poco de lo que sucedió en la vida real.  ¿Eras cantante o guitarrista como Alicia? ¿O fue algo relacionado con la literatura? Me gustaría imaginarte como La Maga. Bueno, ahí me dices.

Duarte: Gracias por esta entrevista, Teresita. Si supieras que la idea de esta novela me la sugirió el poeta Heriberto Hernández una noche en que nos reunimos en mi casa de West Miami. Yo había invitado a un grupo de escritores a cenar y después del café nos pusimos a conversar. Yo les conté mi experiencia en aquel viaje a Angola a finales de la guerra y Heriberto me dice muy entusiasmado

—Tienes que escribir eso.

 Pasaron varios años después de esa conversación, hasta que, finalmente, decidí seguir el consejo de mi amigo.

Es cierto, yo hice el recorrido de La Habana a Luanda en un crucero igual al que describo en la novela, como parte de un grupo de artistas que tuvo la misión de ofrecer espectáculos a las tropas cubanas que viajaban en el barco. En esa época yo dirigía un grupo de teatro que se llamó Luminar, con el que representé la mayoría de mis obras escritas en Cuba. A ese viaje fuimos cuatro integrantes de este colectivo. Claro, para la ocasión yo escribí escenas y también hicimos improvisaciones que se prestaban para este tipo de público y situación especial, nunca representamos obras de nuestro repertorio regular. Muchas de las peripecias a las que hago referencia en la novela están inspiradas en sucesos reales que ocurrieron durante la travesía. Te voy a dar un dato que te va a interesar, sí, además de ir al frente de mi grupo teatral ayudé al mago de la brigada con sus presentaciones, ganándome el apodo de “el conejo del mago.”

Dovalpage: ¡Yo sabía que tú tenías algo de maga en esa historia! Y un recuerdo especial para Heriberto, que este año se han cumplido diez de su partida.  Volviendo al barco y a sus pasajeros, Alicia y Tania presentan, cada una por su lado, como un dúo, partes diferentes de la experiencia cubana en Angola vista con ojos de mujer. ¿Qué te decidió a seleccionar sus historias? ¿Y cómo te llegaron? Ya sabes, esa chispa que hace que una diga “este es mi personaje, aquí está”.

Duarte: Bueno, como el lector debe de imaginar, Alicia es mi alter ego. Tanto el personaje como yo vivimos circunstancias parecidas, aunque no iguales, ambas somos artistas y tenemos una manera peculiar de ver la vida. Alicia no soy yo, pero algo de mí está en ella. Tania es un personaje inspirado en una amiga mía que fue soldado de ese batallón de mujeres destacado en Angola. Es cierto que estas mujeres nunca entraron en combate y es cierto también que alguna de ellas tuvo relaciones con oficiales del alto mando cubano. Te recuerdo que estamos hablando de una novela, no de un testimonio, así que las peripecias tienen una base real, pero muchas de ellas no ocurrieron exactamente como están escritas.

Dovalpage: Ahora que lo mencionas, algo que me llamó la atención fue la manera en que describes los batallones femeninos. No sabía que, en el ejército cubano, o al menos en las tropas que pelearon en Angola, existía esa semejante división, tampoco sabía que no participaban en los combates. Todo eso es parte de la historia de Cuba y sus guerras que muy poca gente conoce. Lo has descrito muy bien, igual que la vida de los soldados, las luchas internas, los conflictos por un cachito de poder… ¿Qué tipo de investigación hiciste para escribir la novela con tanto lujo de detalles?

Duarte: Sí, por supuesto, la novela no está basada solamente en lo que me pudo ocurrir a mi o a mi amiga soldado. Requirió una investigación que basé en artículos académicos que hablan del tema y en entrevistas a autoridades en la materia, para tratar de entender el contexto en que fueron transcurriendo los diez años de guerra. También utilicé testimonios de participantes en la contienda, unos publicados en libros y otros de soldados y personal médico que me contaron sus experiencias en diferentes momentos de mi vida. Como digo en el principio, esos testimonios que hoy en día forman parte de la memoria colectiva cubana. ¿Quién no tuvo un familiar o un amigo o un vecino que participó de una manera u otra en la guerra de Angola?

Dovalpage: Tristemente tan cierto. Hubo un momento en que Angola estaba en todas partes, a pesar de quedar tan lejos. ¡Lo que sufrirían los padres que veían irse a sus hijos a pelear en un país del que apenas sabían ni dónde estaba! Ahora quisiera referirme a la estructura que usaste en la novela. Desde el primer capítulo el lector sabe lo que Alicia va a hacer, o ha hecho, y así el principio se enlaza con el final en una estructura circula perfecta.  ¿Algún motivo por el que decidiste adoptar ese formato?

Duarte: Quise insistir en la salida que le da Alicia a su situación. Tirarse al mar, huir hacia otras tierras. Es la misma salida que miles de cubanos le hemos dado a nuestra desesperación y frustración. Toda la novela se mueve a partir de ese punto y termina en él mismo. Como sabes, la novela tiene una estructura de muñecas rusas, donde vemos una historia dentro de otra historia, como un sinfín de sucesos. Incluso, al final, Alicia le da diferentes finales a la historia de Tania para que el lector escoja la que más le guste.

Dovalpage: ¡Y yo escojo el mejor para las dos! La literatura es una manera excelente de corregir las perrerías de la vida. Y hablando de literatura, ¿qué estás escribiendo ahora? ¿Algo más que quieras compartir con los lectores?

Duarte: Ahora estoy en la fase investigativa de una nueva novela. Se trata de un paralelo entre la revolución cubana de 1959 y la revolución haitiana de 1791. ¿Te has dado cuenta de que los dos países del Caribe que han llevado a cabo una revolución social son los más pobres del área? ¿Todo es consecuencia del aislamiento a que han sido sometidos o también el mismo proceso de radicalización y consolidación de poder de sus revoluciones los ha llevado a ese estado? El argumento de la historia ya está perfilado, pero no quiero adelantar nada aquí porque de seguro algunas cosas van a tener que cambiar en la medida en que avance la escritura.

Dovalpage: ¡Me encantaría leer esa nueva novela! Muchas gracias, Carmen, por acceder a esta entrevista. ¡Y que el barco navegue con mucha suerte!

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Carmen Duarte