Hoy converso con Pedro Medina León, editor y amigo internauta (espero conocerlo algún día en persona) y excelente escritor. Es autor de Streets de Miami, Mañana no te veré en Miami y Lado B, y editor de Viaje One Way. Comenzó como director y creador de SubUrbano Magazine, que luego amplió a SubUrbano Ediciones, y ha realizado varios eventos culturales en Miami.
Esta tarde hablamos sobre su más reciente libro publicado, la novela Lado B, que me leí una noche de un tirón. Y muy apropiadamente. La noche, como se darán cuenta, es una protagonista más de la historia…
Teresa Dovalpage: ¿Cuál fue la inspiración, la chispa que dio origen a Lado B?
Pedro Medina León: Lado B, como idea, surgió hace muchos años. Una tarde en Key Biscayne, estaba con Diego, un amigo peruano, habíamos llegado a Miami hacía poco. Teníamos el panorama bastante incierto: yo lo único que tenía claro era que quería leer y escribir, no me interesaba absolutamente nada más. A ambos esta ciudad se nos empezaba a revelar totalmente diferente a lo que pensábamos y esperábamos de ella. Diego se fue a California después de un par de años, él es arquitecto, por ahí vio un mejor futuro para él y su esposa. Yo me quedé acá, involucrándome más con la vida miamense, con las calles, con la marginalidad nocturna de South Beach de barras y cafés; y fue ahí donde la historia terminó de tomar forma. Salía a caminar en las noches, con la libreta, el ipod a todo volumen, me sentaba en alguna barra o algún café —según el ánimo—, a observarlo todo, absolutamente todo, y anotar lo que me llamara la atención. Sin darme cuenta empecé a involucrarme mucho con la gente que vive en ese otro lado “poco glamuroso” de Miami Beach: meseros, meseras, cocineros, ex convictos, chicas que vendían su cuerpo al final de la noche pero no eran oficialmente prostitutas, “pimps”, dealers de coca, bartenders, barmans. Como en todo círculo conocí personas geniales, otras no tanto y otras repudiables. Pero descubrí que esta ciudad tiene otro lado, uno muy nocturno y muy marginal. Una vida que empieza cerca de las once de la noche, de lunes a jueves, y se extiende hasta las cinco o seis de la mañana siguiente. Esa vida, esa gente que habita esa vida, son el negativo de la foto en colores de Miami.
Teresa Dovalpage: ¡Bueno, eso debe ser interesantísimo! La hora de la fauna nocturna, de los vampiros, ah… ¡Las cosas que dirán! Y hablando de lo que dicen, y de cómo lo dicen, me gusta mucho que el uso del Spanglish, sobre todo en el personaje de Rubí. Para crear los diálogos ¿te lo inventas o andas con la oreja de guardia por las calles? Resultan súper naturales.
Pedro Medina León: Así se habla acá. No podría construir personajes locales que hablaran de otra manera. Sobre todo si los personajes son sujetos que llevan una vida entera en Miami, como en el caso de Rubí que no era recién llegada. Te pongo un ejemplo que describe perfectamente lo que digo: esta semana le preguntaron a una compañera de trabajo —nacida acá, pero de padres cubanos— algo y su respuesta fue: no, I think que poner toda esa información sería too much. Una maravilla, ¿no? Yo, al menos, lo disfruto mucho. Entonces, respondiendo concretamente a tu pregunta: ando con la oreja de guardia por las calles.
Teresa Dovalpage: ¡Ese es el trabajo del escritor! Sin las orejas avezadas estamos fritos. ¿Alguna inspiración particular para la creación de tus personajes? Todos, hasta los secundarios como el abogado, están muy bien delineados.
Pedro Medina León: Pues yo soy mucho de detalles para estas cosas. Si te das cuenta, no hay una sola descripción física de los personajes, lo que desarrollo son sus costumbres, gustos, manías, acentos, formas de hablar. Todo ese “paquete” trato de llevarlo de principio a fin con el personaje. La cerveza favorita de algunos es la Heineken, el cigarro que fuman otros es el Lucky Strike, la música que escuchan otros es Calamaro; entre otras cosas que ya habrás visto por ahí. Todos esos detalles van a lo largo de la lectura. Esas pequeñas cosas le dan bastante precisión al personaje.
Teresa Dovalpage: Claro, y el lector los llega a conocer y a imaginarse cómo lucen, aunque no nos lo digas. Por ejemplo, yo a Rubí me la imagino con unas posaderas enormes, aunque el detalle nunca se menciona. Es la magia de la escritura. Ahora, volviendo a la ciudad, ¿amas Miami, odias Miami? Si tuvieras que describir la ciudad en una línea ¿cómo sería?
Pedro Medina León: Ni la amo ni la odio. Es una ciudad muy contradictoria: por ratos la odias, por ratos la amas. Miami en una línea creo que sería así:
Adolescente buscando demostrar que es MUJER, pero aún le falta.
Teresa Dovalpage: Me encanta la descripción; tiene sandunga. ¿Cuál es tu horario preferido para escribir, la hora de la fauna nocturna o el día soleado?
Pedro Medina León: Definitivamente la noche. No tolero, no resisto, la luz natural, me marea, me deprime, no puedo abrir bien los ojos.
Teresa Dovalpage: ¡Choca esos cinco! Mi hora preferida para escribir es la madrugada… Bueno, pero tú eres escritor y editor, además de tener un trabajo de pan ganar. ¿Ah, y promotor cultural, además! ¿Cómo te las arreglas para encontrar tiempo? ¿Algún secreto que gustes compartir?
Pedro Medina León: Como todos los que estamos metidos en esto, le robo tiempo al tiempo: me levanto muy temprano y otras veces me acuesto muy tarde. Tengo diez años en el trabajo de pan ganar, saben los “pasos retorcidos” en los que ando y afortunadamente me apoyan mucho, eso es algo que valoro realmente. Y ojo que es un banco, un ambiente bastante formal, pero así y todo aprecian lo que hago, hasta una nota para el boletín de los empleados me hicieron el año pasado. “Un escritor entre nosotros”, se titulaba el texto. Muy lindo.
¿Secreto?…quisiera que mis días fueran encerrado en un espacio con poca luz, mucho aire acondicionado frío, comiendo helado de vainilla francesa y leyendo a Leonardo Padura.
Teresa Dovalpage: Pues que se cumplan tus deseos y que publiques muchos libros más. Un abrazo desde Taos.
Para comprar Lado B hagan clic aquí