Y resumen de un año fabuloso
Ya se acaba el año y me parece que se ha ido en un pestañazo. Dicen que cuando una se hace mayor (para no decir que envejece) le da la impresión de que el tiempo transcurre más rápido. Así será.
Igual este año ha estado repleto de cosas lindas. De libros, sobre todo, que para mí son lo más hermoso que hay.
Los libros
En febrero salió con Soho Crime mi novela Last Seen in Havana, la quinta de la serie Havana Mystery, con una pequeña reseña en el New York Times. Luego fue elegida Editor’s Pick en Amazon. Y la sexta novela ya está en camino…
Un mes después, en marzo, se publicó con Editorial El Ateje la colección de cuentos En la Feria del Libro de Miami y otros viajes astrales. ¡Agradecida a la reseña de Ena Columbié en El Nuevo Herald!
Se trata de una colección de cuentitos que ya habían aparecido en distintos lugares, pero me dio mucho gusto ponerlos todos juntos. Y lo del viaje astral en la Feria, aunque no tan exagerado, que para eso sirve escribir ficción (para aumentar el bulto e inflar la bola), pasó…igual que el brete de la Manzana, donde estudié la secundaria, que fue la semilla de otra novela. Más de eso en 2025.
La promoción
Lo de “el buen paño en el arca se vende” ya no funciona en este mundo inundado de comerciales. Parte del brete literario es promover los libros, los librijos, como los llama muy acertadamente Cristina Obín.
En octubre estuve en Salt Lake City, invitada por Kase Jonhstun, como parte del Festival de Libros de Utah, donde compartimos con el poeta Juan Morales una lectura en Casot y una visita a la encantadora librería The King’s English. Fue un evento divertido y muy relax, que terminó con una cena y una paella para chuparse los dedos.
En noviembre fui a la Feria del Libro de Miami para presentar la novela y los cuentos. Una amiga me recordaba que hace veinte años, en noviembre de 2004, había asistido a la feria por primera vez, con mi primera novela publicada A Girl like Che Guevara (Soho Press, 2004) que no tiene mucho que ver con el Che Guevara, pero en fin…Veinte años y dieciséis libros después, aquí sigo en el brete.
En el panel Secrets, Lost & Found estuve presentando con Tita Ramirez, autora de una novela bellísima, Tell It to Me Singing, que desde luego se traduce como Dímelo cantando, y que ya quiero ver en español, y Dara Levan, con It Could Be Worse, en mi lista de lecturas para esta Navidad.
Y en el panel de español, Tinta e imaginación, con Pedro Medina León y Luis Alejandro Ordoñez, y Alejandra Ferrazza, la editora de Nagari, como moderadora. Fue un placer saber más sobre las aventuras del Comanche, el detective creado por Pedro Medina León, y el fantasma de Weeping Sally, que se aparece en Chicago en bodas y otros eventos. ¡Más libros que devorar!
El mundo es un gran teatro
Durante el semestre de otoño tomé una clase de actuación en el college donde enseño y ahora voy a tomar otra más avanzada en primavera. Así me sumergí en el mundo de la Nora de Casa de muñecas, la Izzy de Rabbit Hole y la Sarah de Time Stands Still.
Todos eran monólogos cortitos, claro, pero he salido con un gran respeto por todo el que se atreva a pararse en un escenario frente al respetable. Cosa que no estoy lista para hacer… todavía.
Pero como el bichito teatral ya me picó, escribí una obra corta y muy sencilla, Mom’s Christmas, para mi clase de ESL. Mis estudiantes la representaron el 10 de diciembre.
La MC del evento, desde luego, fue una servidora. Cuando les digo que le he cogido un gusto al escenario…
Mi amiga Nancy Ramírez, también estudiante del college, recitó uno de sus poemas en inglés y español, que tuvo una magnífica acogida por parte del público. El título: «No te rindas.»
Hubo música y una coreografía creada por las actrices. La velada terminó con tamales que ellas mismas hicieron, puerco asado, pasteles y champurrado (toda esa comida aparecía en la obra) en el museo Western Heritage.
Esta Navidad pensamos pasarla Gary y yo en casa muy panchos, descansando del bullicio. Ha sido un año lindo y toca celebrarlo en familia mientras me preparo para el año próximo, en el que, espero, seguiré palante con el teatro.
Abrazongo para todos ¡y feliz Navidad!






