Tradiciones festivas

Originalmente publicado en El Crepúsculo, Taos News

Empieza un nuevo año, pero las fiestas no terminan. Todavía queda el Día de los Reyes Magos con su rosca (de pan dulce o de almendras) y su caravana de regalos para los pequeños.

Hoy visitaremos otras regiones para enterarnos de cómo se disfrutan los festejos por allá.

Un brindis con cava

Ana Cabrera Vivanco, autora de Las cien voces del diablo y Las horas del alma, bestseller por el que la conocen muchos lectores aquí en Taos, vive en Tarragona, España, y comenta sobre las celebraciones en su patria de adopción.

“En toda España la Navidad se celebra a lo grande, sobre todo entre amigos y familia,” dice. “Se come y se cena, se cena y se come. Se oyen villancicos por todas partes y las tiendas son hormigueros gigantescos porque nadie quiere dejar a un solo amigo sin obsequiar.”

Algo muy importante para los españoles es el llamado zumo de la vid. ¡No hay fiestas sin vino!

“En Cataluña y, por supuesto, aquí en Tarragona, no puede faltar un brindis con cava catalán, que es algo parecido al champán francés y de alta calidad,” dice la escritora.

Roscas y roscones

Rosca de Reyes estilo mexicano

El Día de los Reyes Magos, o de la Epifanía, que se celebra el 6 de enero, los españoles acostumbran desayunar chocolate con churros y el clásico roscón de Reyes.

El roscón español está hecho de almendras y se rellena con nata y frutas, o en algunos casos con chocolate.

En México, aunque hay muchas recetas según la región, se decora la rosca con frutas secas como dátiles, higos y cerezas pero no suele llevar nata. Se acompaña de atole, champurrado o café con leche.

Tanto la rosca como el roscón esconden una sorpresa: en México generalmente es un niño Jesús de plástico. A quien le toque al partir la rosca, paga una cena de tamales el Día de la Candelaria, que es el dos de febrero.

En España, la sorpresa suele ser un haba. En algunas regiones, el que la encuentre debe pagar el roscón. En otras, sin embargo, el haba se considera símbolo de buena fortuna y su poseedor se convierte en “el rey de la fiesta.”

El tió de Nadal

Literalmente, la expresión significa “el tronco de Navidad”.

Este tronco es un personaje mitológico “como un duende que sale de los bosques,” dice Ana Cabrera Vivanco. Se le pone una manta de cuadros por arriba para que no pase frío en las noches heladas.

Al tronco, o tió, se le empieza a “alimentar” el día 8 de diciembre, y se le siguen obsequiando avellanas, turrones y otras golosinas hasta el día de Navidad para animarlo a que sea generoso con sus regalos.

El 25 de diciembre, con toda familia reunida, se pronuncia la malsonante palabreja (cagatió). Los niños la repiten cantando una canción que dice: “caga tió, avellanas y turrón” mientras aporrean el tronco con un palo o bastón.

Y el complaciente tió, por debajo de la manta, va dejando caer los regalos.

“Pero ahora el tió no sólo caga avellanas y turrón sino juguetes y hasta play stations,” dice la escritora, “porque los críos cada vez quieren más cosas. En Cataluña tienen también a Papá Noel y a los Reyes el seis de enero, con unas cabalgatas que son espectaculares, sobre todo las de Barcelona y Madrid.”

¿Coquito, crema de vie…o eggnog?

Una bebida muy popular en estos días es el eggnog o ponche de huevo y nuez moscada, primo hermano del coquito puertorriqueño, del rompope mexicano y de la crema de vie cubana.

“Los ingredientes básicos del coquito son leche de coco, crema de coco, ron blanco, leche evaporada, leche condensada, canela y vainilla,” dice David Pérez, a quien los lectores conocen como actor, co-director de SOMOS, escritor y, desde hace un mes, DJ de un show de radio en el que participamos juntos, en martes alternos, a las seis de la tarde en KNCE.

“Se sirve bien frío,” continúa explicando Pérez, “y puede tomarse solo, después del postre, o durante los entremeses en las fiestas.”

Él recuerda Navidades opíparas en las que comía pasteles, arroz con gandules, pernil, acompañados con mucha cerveza y… ríos de coquito.

Melba Ivelisse Amador, también puertorriqueña, me aclara que cuando se le añade huevo al coquito éste se convierte en ponche. Amablemente, me envía la foto de una copa de coquito con el que está ahora celebrando.

En cuanto a la crema de vie, lleva azúcar, canela, huevos, leche condensada, ron blanco y  extracto de vainilla.

Agradezco a Verónica Cervera, autora del blog La cocina de Vero (delicioso y muy informativo, pero cuidado: cada vez que uno entra, sale con hambre) el recordatorio de que en Cuba la crema de vie se servía “en unos vasitos minúsculos de papel, del tamaño de los que reparten con la colada de café en las cafeterías de Miami.”

Ya sea celebrando con rosca o con roscón, con coquito, rompope o crema de vie, les deseo un muy feliz 2015.