Originalmente publicada en El Crepúsculo
El sábado pasado asistí a una representación de la hip-hopera con flamenco She Dances with Fate (Ella Danza con la Suerte). Había escrito sobre la obra en un artículo para Tempo la semana pasada y me he quedado tan impresionada que no vacilo en darle seguimiento.
La función tuvo lugar el 23 de marzo en el Taos Center for the Arts.
La protagonista es Amara, personaje que encarna Anna DeSaulniers, alta y estatuaria, quien con sólo veintidós años demuestra una profesionalidad admirable. Ha estudiado en el Instituto Nacional de Flamenco, además de ballet y yoga.
La versatilidad de DeSaulniers se pone a prueba en los distintos géneros que lleva a la escena, desde el flamenco hasta el tango.
“Algo muy importante fue que Cammy, la directora, me permitió opinar sobre mi personaje y lo que haría,” refiere. “Esta obra es la primera que hago y ha sido una experiencia única.”
Por su parte, Verónica Medina, que es la madre de DeSaulniers en la vida real, representa a una Gitana, que aparece al principio de la obra para enseñar a Amara las artes del flamenco.
Medina es una las pocas intérpretes del cante flamenco en todo el país. Lo estudió en España y hace frecuentes representaciones en Santa Fe y Albuquerque, aparte de trabajar en el campo médico. Es precisamente una de sus canciones la que cierra la obra con una nota trágica.
La primera representación de la hip-opera se hizo en el Centro Nacional Cultural Hispano en Albuquerque.
Según explica Finley, la gente se identificó mucho con la obra, tanto que poco después de la función, escuchó una conversación en un bar en que alguien preguntaba: “Y a ti, ¿quién te gobierna, el Tiempo o la Suerte?”
“Eso demuestra el eco que ha tenido la obra,” dice. “Es bella, entretenida, explosiva, y la gente siempre escoge un personaje favorito.”
Entre estos personajes está el co-protagónico: otro ser mítico, el Fénix, que intenta acercarse a Amara y declararle su amor. Pero el Tiempo, que es el amo del Fénix, demanda la vida de Amara. El Fénix debe decidir qué hacer, y reinventar su propio “viaje del héroe.”
La trama, señala su directora, toma conceptos de Joseph Campbell como el arco del héroe y el papel del guerrero y del villano en los mitos, así como elementos de las leyendas griegas y celtas, el folklore local (hay una escena escalofriante sobre el Día de los Muertos, con máscaras y flores)… y mucho más.
El Fénix es interpretado por Jacob Cornelius, que combina sus parlamentos con el rap y los aplica al ritmo del flamenco. Cornelius es co-autor del guión y ha estudiado música, literatura y pintura.
“Aunque esta obra no está dirigida solamente a los jóvenes, sé que atraerá a muchos chicos y chicas de veinte o veintipocos años,” dice. “No es la típica audiencia del teatro, aunque, naturalmente, invitamos a toda la comunidad.”
Cornelius tenía razón. La mayoría de los asistentes tenía menos de treinta años, aunque había personas de todas las edades.
Owen Densford representa el Tiempo, que es uno de los personales más interesantes de la obra, entre narrador e instigador. Densford ha estudiado en Hawai y, al igual que DeSaulniers, comenta sobre los cambios que sufrió la obra en los ensayos y de su activa participación en el guión.
Acerca de los cambios, Finley me dijo antes que ella y Cornelius hicieron ¡un total de veintisiete versiones!
“Mucho de mi trabajo consiste en improvisación,” dice Densford, “así que ha sido un poco diferente cada noche.”
Shuga Shane Montoya encarna al Rey de los Sueños. Es capaz de bailar sobre la cabeza por casi un minuto y su estilo de break dance es impresionante. Su interpretación tenía una fuerza inusitada. Montoya dirige una compañía de danza llamada UHF Crew.
Chantal LaRue, que representa a la Suerte, es graduada de PAPA, una escuela de actuación en Albuquerque. Su estilo de danza es agresivo y definitivamente
avant-garde, y su escena de tango con DeSaulniers arrancó aplausos de la audiencia.
Por su parte Justin Hubble, que se ocupa del manejo de la escena y los asuntos técnicos, hizo una labor excelente con las luces y los efectos especiales.
En cuanto a la directora, Cammy Finley, tiene un título en Escritura Creativa por la Universidad de Nuevo México y amplia experiencia cinematográfica. Ha trabajado para el Festival de Cine de Sundance, el de Hamptons, y el de Edimburgo, además de en varias películas filmadas en Nuevo México.
Es también autora de una colección de cuentos de fantasía, horror y ciencia ficción titulada Architext, que escribió entre 1995 y 2006. Aunque el libro no está vinculado directamente con la obra, tiene también héroes que renacen de sus cenizas y que prefieren la muerte a la prisión.
“Creo que he hecho una evolución desde la palabra escrita hasta la escena,” dice Finley.
En cuanto a su relación con los actores, comenta que tienen un vínculo muy especial.
“Lo más importante para nosotros es que cada actor, actriz o miembro del equipo técnico sabe que la próxima vez podemos estar trabajando en sus propias obras, con ellos como directores,” dice. “Es lo que esperamos que sea nuestra compañía.”
Al final de la obra la audiencia se reunió alrededor de los artistas y todos disfrutamos de audacias acrobáticas de varios danzantes.
“Queremos agradecer mucho a la gente de Taos,” dice Verónica Medina. “Nos dieron sus corazones desde el principio.”
Para saber más de la obra visite su sitio en la red
http://www.shedanceswithfate.com/