Teresa Dovalpage: Manuel Díaz Martínez ha escrito una historia personal y nacional de los últimos 50 años de Cuba. Sólo un leve rasguño en la solapa (AMG Editor, 2002) lleva al lector de recorrido por un tiempo que varias generaciones de cubanos sólo conocemos de oídas, los años cincuenta y sesenta, y entrelazados acontecimientos de estas épocas con otros mucho más recientes de los ochenta y los noventa. Refiere hechos ocurridos en La Habana, París, Cádiz y Budapest, entre otros sitios… Tan especial manera de jugar con el tiempo y el espacio, de romper la cronología, hace que el libro resulte particularmente dinámico y además convierte al lector en jugador, o cómplice, que debe colocar en su sitio las piezas de un vívido rompecabezas temporal. Y aquí viene mi primera pregunta: ¿por qué escogió este método de narrar en lugar de la narrativa lineal?
Manuel Díaz Martínez: Porque no me propuse escribir una autobiografía –mi pereza y el miedo a aburrir no me lo permitirían jamás–, sino una antología de recuerdos, de episodios singulares y sugerentes de mi vida. Por ello el libro es un puñado de viñetas que valen por sí. Desde luego, al leerlas, lo mismo consecutivamente que a capricho, se muestran como lo que son: fragmentos a un imán, que diría Lezama. En ese libro no hablo de lo que he leído ni de lo que me han contado, sino de lo que he vivido.
Teresa Dovalpage: Y muy bien contado, por cierto. Ya que hablamos de los orígenes de la obra, ¿qué lo impulsó a escribir sus memorias? ¿Algún motivo en particular?
Manuel Díaz Martínez: Además del deseo de fijar, para mí y para quienes quiero, la historia de que estoy hecho, me animó a escribirlas la ilusión de que mis experiencias de este mundo, sobre todo las de la aleccionadora Cuba que me ha tocado en suerte, puedan ser aprovechadas por mis lectores.
Teresa Dovalpage: Los lectores, sobre todo los de mi generación, lo apreciamos, y conste que no se trata de plural de modestia. Es algo en lo que coinciden todos los coterráneos que han leído Sólo un leve rasguño en la solapa y que me han comentado sobre su obra. por cierto, me llama mucho la atención la estructura, que va desde los inicios de su romance con un gobierno que les prometía el paraíso a los desposeídos (o algo por el estilo) hasta su posterior desencanto con el mismo, que lo impulsó a firmar la Carta de los Diez y conllevó su separación definitiva del régimen cubano. Esta trayectoria lo conduce a Las Palmas de Gran Canaria, donde ha seguido escribiendo y publicando con gran éxito… Pienso ahora en Memorias para el invierno (1995, Premio Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria). ¿Cómo ha cambiado, si es que ha cambiado, la poesía de Manuel Díaz Martínez durante su exilio español?
Manuel Díaz Martínez: Pues, en el exilio, y en lo que a la forma se refiere, la poesía de este obsesivo sujeto al que sirvo pacientemente hace ya muchos años ha cambiado muy poco y de manera no premeditada; pero me parece que sí ha cambiado bastante en cuanto a temática y obsesiones intelectuales, y, sobre todo, emocionalmente. No se debe olvidar que hace veinte años él y yo vivimos un exilio con todas sus consecuencias, más buenas que malas, y en el exilio hemos llegado a la vejez, también con todas sus consecuencias, más malas que buenas.
Teresa Dovalpage: Los poetas, en m humilde opinión, nunca envejecen. ¿Y en qué está trabajando en estos momentos?
Manuel Díaz Martínez: En primer lugar, escribo artículos sobre asuntos culturales y políticos para algunos periódicos, mantengo al día un blog que concibo como una revista, en el que incluyo textos ajenos, y, cada vez con intervalos más espaciados, escribo poemas. También me he ocupado últimamente en ampliar mi libro de recuerdos con vista a una segunda edición. Pero la mayor parte de mi tiempo la empleo en leer, especialmente los libros insoslayables que la vida no me ha permitido leer, como una vez me dijo mi amigo y compatriota el poeta Regino Pedroso.
Teresa Dovalpage: ¡Estoy en cola para leer esa segunda edición de sus recuerdos! Si usted fuera a dar su propia definición de la poesía (en Sólo un leve rasguño…se refiere a la de Borges, como “magia menor”) ¿cuál sería ésta?
Manuel Díaz Martínez: Fue Borges el que dijo que la poesía es una magia menor. Yo sostengo que es la única.
Teresa Dovalpage: “No se escribe para minorías ni para mayorías. Se escribe para la vida,” dice usted con mucha razón. (Pues pobres de nosotros si pensáramos en escribir para mayorías, aviados estaríamos…) ¿Algún otro consejo para un poeta que comience ahora a pergeñar sus primeros versos?
Manuel Díaz Martínez: Que no pierda el tiempo en buscarle una función o un destino a su poesía, que de eso se ocupará ella si él no la traiciona.
Teresa Dovalpage: ¡Gracias! Igual se puede aplicar a la ficción… Usted ha sido parte de dos acontecimientos cardinales en la historia de la cultura cubana, dos casos de desafío, por desgracia poco comunes. Uno es su voto a favor de Fuera del juego en el caso Padilla (1967) y otro su firma de la Declaración de Intelectuales Cubanos, conocida como la Carta de los Diez (1991). ¿Qué piensa de la situación actual de nuestro país? ¿Al cabo de tantas penalidades, conseguirá salir ilesa la nación o al menos… con un leve rasguño en la solapa?
Manuel Díaz Martínez: La situación de nuestro país es más lastimosa cada día. Parodiando a Huidobro, puede decirse que los cuatro jinetes del Apocalipsis criollo son tres: Fidel y Raúl. Y ninguno cabalga el caballo blanco de la Victoria. Esta alegoría bíblica es hoy más realidad cubana que nunca. Desde luego, puesto que la historia no descansa, en algún momento saldremos del zarzal castrista, pero con muchos arañazos nada leves y no precisamente en la solapa.
Teresa Dovalpage: Arañazos y moretones, sí, señor. Además de poeta, usted es periodista…y bloguero. ¿Cómo se complementan tan disímiles usos de la pluma? ¿Cuán difícil, o fácil, es pasar del fervor del estro a un análisis social y político, con esa punta de ironía tan suya?
Manuel Díaz Martínez: El periodista soy yo. El poeta es el otro, ese individuo exigente al que sirvo y al que ya me referí. Y no es complicado pasar de un género a otro: simplemente nos turnamos en el uso del único ordenador que tenemos.
Teresa Dovalpage: Muchísimas gracias, Manuel, por acceder a esta entrevista. Reciba un saludo muy cariñoso desde Taos. Y para los interesados en saber más del poeta, aquí les dejo la dirección de su blog http://diazmartinez.wordpress.com/